La información en este terreno siempre resulta beneficiosa si se programa y dosifica adecuadamente. Las campañas divulgativas que se organizan periódicamente, sólo tienen sentido si se encardinan con otras medidas educativas y permanentes en el tiempo, que son las que permiten que se produzca un cambio de actitud en los jóvenes.
Es fundamental educar y participar en las actividades preventivas. Para ello, los padres necesitan formarse, y sobre todo, saber ejercer como tales, inculcando a los hijos valores firmes y adecuados, escuchándolos activamente, enseñándoles a decir no y predicando con el ejemplo.
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